
Suele este Medio, lo que se dice poner “el dedo en la llaga” en lo que refiere a la desidia de la Administraciones en sus diversas facetas en cuanto a la carencia de cubrir necesidades de la ciudad.
Pero les aseguro estimados lectores que este tipo de situaciones relativo a la falta o insuficiencia de servicios o infraestructuras, si se tratasen de “cromos”, las ciudades podrían intercambiarlos con la mirada fija en el suelo.
Bastaría, como ejemplo, cambiar los nombres y apellidos del: Acceso Playa Santa Catalina, por otro cualquiera en distinto lugar, para investigar cuántos de ellos duermen en los anaqueles, junto al pensamiento: lo que pudo ser y no fue.
Este Columnista, no reserva esfuerzos en su tarea diaria de significar los distintos tipos de problemas que afectan a España. Días atrás, señalábamos en un Medio de una ciudad también emblemática del Norte de España, en el cual escribimos habitualmente, idénticos problemas que se repiten a lo largo de nuestra cada vez paupérrima geografía.
Efectivamente, nadie viene a salvar nada, salvo muy escasos políticos, que al final se ven engullidos por el “grupo de poder político al uso” esa especie de LEVIATÁN que todo lo devora en lo que concierne a las necesidades de un País
Las precampañas, seguidas de su hermana mayor se convierten en un simulacro de subasta ante la opinión pública de aquello “de quién da más por menos”. Posteriormente llega el cuento de la lechera, y Andalucía, ojalá no constituya excepción.
En España como en otros lugares, suele ser frecuente una costumbre muy común: “acudir en auxilio del vencedor”, bastando recurrir a la memoria para asumir que en un cuatrienio se diluyen muchos terrones de azúcar en los que se había de depositado esperanzas por parte del ciudadano.
Plenamente de acuerdo en que la sociedad cada vez cree menos en lo políticos, al uso, y de ello, podría deducirse que exista un incremento de votantes que practica con ello una reacción de rechazo. (30-35%).
Ambas partes disponemos de aproximadamente un año hasta las próximas elecciones para reflexionar, y cabría preguntarse, ¿Qué ocurriría si el anterior % subiera hasta un 50% como muestra de rechazo?
Muy probablemente, se preguntarían ¿Qué hacemos mal?, y enonces podría surgir esa REGENERACIÓN POLÍTICA tan ansiada para España entera.
En nuestras manos se encuentra el expresar un rechazo más que justificado, y un servidor se encuentra dispuesto a ello.
Jesús Antonio Rodríguez Morilla
Doctor en Derecho
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