Lunes, 11 de Marzo de 2019
UNIÓN EUROPEA
La U.E. no se caracteriza en muchas ocasiones precisamente por tratarse de un modelo de coordinación y eficacia en momentos especialmente delicados.
Recuérdese los prolegómenos de la Pandemia, donde el “sálvese quien pueda” era prioritario respecto a equipos, mascarillas, etc.
Por otro lado, ha existido en muchas ocasiones cierto “desmadre” en el aspecto de cooperación judicial, como consecuencia del predominio soberanista de sus Estados Miembros. Caso reciente, Hungría y como mejor ejemplo el presente, de España, sobre los que han existido diversos pronunciamientos previos, tales como los de Alemania y Bélgica.
Da la sensación, ofrecida por “la tela raída” en que se convierte la U.E. que llevamos tiempo de discrepancias internas entre determinados Estados Miembros en la mente de todos.
Ciertas decisiones sobre las que puedan imperar aspectos político-económicos y de lobbies, priman sobre radicalismos sin justificación aparente, entrometiéndose en alterar la paz social que debe prevalecer dentro de la soberanía del Estado de origen.
La primera conclusión que podría obtenerse de la conjunción cuatrifásica arriba aludida, surge en cuanto a ¿quién y sector al que pertenece el que se ha permitido elegir como escenario un territorio “sardo”, (Cerdeña), de rancio abolengo separatista?
¿Prefabricado de antemano por los anfitriones en apoyo a Puigdemont?
La segunda interrogante, ¿Cuánto durará la complacencia de intromisiones e injerencias de ciertos anglosajones hacia los Países “subsidiados” del Sur?
Tercera, ¿hubo concierto ítalo-español para este tipo de respuesta?
Cuarta y última, ¿guiño mutuo entre el Poder Judicial y Político?
Es la primera vez que no censuro al presidente en asuntos de Política Exterior y espero que no sea la última, si continúa demostrando astucia y desparpajo como en esta ocasión, si es el caso, en el “affaire” Puigdemont.
¿Qué quieren que les diga?, en los tiempos que corremos con fama de desharrapados en política internacional, se acentúa en estos momentos, esa gruesa arteria patriótica que tenemos en la zona de la garganta.
No se preocupen que no nos adentraremos en disquisiciones jurídicas bizantinas iniciales, entre Bélgica. Alemania y España, que dieron lugar a dispares y posteriores episodios según el punto de vista de soberanía de quién tocara opinar, sino que nos limitaremos a una opinión sencilla y nuestra.
Hemos tenido ocasión de comentar el hecho con nuestras habituales fuentes allende fronteras, y todas coinciden en una especie de “intento de golpe de mano sureño europeo” lleno de vivacidad y picardía.
La U.E, es habitualmente “un río revuelto” en el cual suelen pescar los más hábiles y poderosos, y como no nos encontramos en el segundo supuesto, pero sí bordeando el primero, pues como “si hubiese sonado la flauta” , eso sí, escogeríamos la “travesera”, de sonido inconstante como el presidente, pero alto fuerte claro y penetrante en esta ocasión.
Esta especie de actuación bidireccional al mismo destinatario: Govern y Mesa de Negociación, ha podido tratarse de un alarde de “aviso a navegantes”, cara a los próximos meses y comprobado el desgaste que sufren aquellos, y cierto hartazgo de sus votantes.
Indudablemente, dentro de unas horas o días, tras la puesta en libertad del supuesto encausado, las aguas volverán a su antiguo lecho y, continuarán fluyendo hasta que surjan otras y distintas situaciones institucionales más del gusto del “establishment”
Jesús Antonio Rodríguez Morilla
Doctor en Derecho cum Laude
Diplomado en Estudios Avanzados U.E.
Caballero de Mérito por Real Orden Noruega
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https://eldiadezamora.es/art/38784/los-zurcidos-de-la-union-europea