Jesús Rodríguez Morilla - ♦Envases de plástico abandonados
29 de octubre de 2020

Con una presunción de no recibir ningún tipo de tratamiento por parte de la empresa recicladora, no es la primera ocasión qué la Organización Ecologista Greenpeace y algunos Medios de Comunicación locales, denuncian públicamente la acumulación de residuos abandonados de toda variedad, procedentes en este caso, de supuestas empresas infractoras.

La acumulación de dichos residuos, abandonados, vienen a ser como la mala hierba, aparecen de todo tipo creciendo en los lugares más insospechados, contribuyendo a denigrar todo tipo de paisaje y salubridad.

Si además añadimos, según denuncia de la propia Organización Ecologista, la reciente incineración aproximada de un 40% de los plásticos admitidos en la Planta y los sumamos a las casi 8.000 Toneladas de las 21.000 contabilizadas en 2017, indudablemente tendremos graves afectaciones ambientales para la salud humana.

El autor, viene siguiendo amargamente con suma atención el hecho llamativo de que, una vez más, esta situación tiende a generalizarse por la mayor parte de España, sin soluciones aparentemente efectivas por parte de las autoridades, precisando en esta ocasión Greenpeace a través de distintos Medios, denuncia de un hecho consumado.

Este ya clásico problema furtivo y clandestino, sufre de estancamientos ante algunos de sus responsables, levantándose en ocasiones “muros de silencio a su alrededor”, sin que el elemento coercitivo de las sanciones, sirva para otorgarle solución.

El firmante de este Artículo de Opinión, a través de su WEB, vive muy de cerca estas experiencias, con sus diversos seguimientos y manifestaciones, conociendo a fondo el presente problema, ya que, por ejemplo, España, entre otros supuestos, detenta durante varios años consecutivos, el dudoso honor de ser el Estado Miembro de la Unión Europea más sancionado por infracciones medioambientales.

Canarias, como tantas otras Autonomías, y en definitiva España, dispone de una amplia lista de antecedentes.

Actualmente el Autor se preocupa por averiguar la situación de otros 1.513 VERTEDEROS ILEGALES, denunciados por la Comisión Europea, sin que se manifiesten sus ubicaciones en la geografía española, encontrándose con los habituales y anteriormente mencionados “escarpados muros de silencio”.

Se trate del lugar que sea, en un corto/medio plazo, su proliferación resultará altamente preocupante, pues estas situaciones suelen resultar contagiosas en un orden “in crescendo”.

Las paternidades responsables, a través del tripartito habitual (Estado; Autonomías; Corporaciones Locales), suelen producir conflictos, si no se han definido previa y claramente los cometidos de cada cual, y que supondrán, “arrojarse piedras” entre dicho tripartito con los contribuyentes en medio, ya que para la Comisión Europea sólo existe un interlocutor el ESTADO MIEMBRO, en este caso, ESPAÑA.

Prácticamente, no existe una “receta magistral” para eliminar este tipo de vertederos, salvo la responsabilidad de las empresas en su caso, junto a la cultura urbana y sus denuncias, valga cualquier ejemplo al uso. Cámaras de Vigilancia (si existen lugares para su instalación), “drones”, y, sobre todo, más atención por parte de las autoridades, aunque repito, problema de difícil solución.

La creación de vertederos específicos, ampliaciones, etc. en terrenos municipales y su posterior sellado, podría aceptarse de forma provisional, pero no es la solución.

Las Plantas de Incineración, en su apartado especial, constituye la solución menos mala, siempre y cuando se construyan y mantengan como Dios manda, con la presencia de filtros especiales y potentes, especialmente recomendados para estos casos.

Mientras tanto, nos toca continuar las desiguales contiendas en defensa de la salubridad humana.

Puede visualizar el artículo publicado en el siguiente enlace:

https://www.canariasdiario.com/envases-de-plasticos-abandonados