acueducto segovia s332216294.jpg 369272544 300x122 - ♦El Acueducto de Segovia, ya en época romana, el primer modificado de obra de la historia de España.

De un coste inicial estimado en 40 millones de euros se pasó al final a unos 320 millones €.

El Acueducto de Segovia se convirtió con casi total probabilidad y ya en la misma época romana en el primer caso de modificado de una obra pública de la historia de España al multiplicarse por ocho su presupuesto inicial, según el análisis realizado por Jesús Antonio Rodríguez Morilla, Doctor en Derecho (Cum Laude) y reconocido experto en la materia, autor del estudio, pionero en nuestro país, “El Modificado de Obras en la Contratación Pública”.

Las obras públicas en la sociedad romana constituían el exponente de una demanda para su desarrollo y, detrás de ella, existían grandes técnicos y planificadores que lograron un importante avance que no se alcanzó posteriormente hasta el siglo XVIII.

Autores como Tito Livio y Vitruvio nos ilustran que en aquellos tiempos los modificados de obra eran corrientes.

Este último nos dio noticia sobre una curiosa Ley imperante en Éfeso, ciudad grande y célebre de Grecia. La norma, dura pero no injusta, obligaba al arquitecto a fijar el coste al que podía ascender la obra. Una vez aceptado el mismo por la ciudad, quedaban hipotecados todos sus bienes ante un Magistrado.

Finalizada la obra, si el precio se encontraba dentro de lo inicialmente estipulado, el arquitecto era premiado con decretos honoríficos, pero si se había excedido en más del 25% del presupuesto previsto, dicho exceso se abonaba con cargo a sus bienes previamente hipotecados.

Probablemente los ciudadanos de nuestro tiempo pensarán que ojalá los dioses inmortales hubieran permitido que esta ley se pudiera haber promulgado en civilizaciones posteriores, ya que, con toda seguridad, se habrían calculado con más diligencia todos los costes futuros de las obras.

Realmente se desconoce si esta ley tuvo o no oportunidad de aplicarse en la ansiada “imperial” Segovia cuando se iniciaron las geniales obras del su afamado acueducto.

Tomando como base al prestigioso arqueólogo Santiago Martínez y a la conferencia que pronunció en noviembre de 2015, (véase www.eladelantado.com), y transcurridos 200 años de romanización en tiempos del emperador Trajano (Siglo II), se iniciaron las obras aproximadamente entre los años 112 y 116 de nuestra era.

Hubo una licitación pública en la que intervinieron arquitectos y otros especialistas, sosteniendo dicho arqueólogo que el acueducto de Segovia pudo llegar a costar entre dos y diez millones de sestercios romanos. Probablemente estas cifras procedían inicialmente de las arcas locales, pero con toda seguridad aumentarían a lo largo de la construcción, por probables deficiencias y cambios en los proyectos iniciales.

Además, y como era también habitual, la Roma Imperial financiaba parte de las obras que se construían en los territorios conquistados. Por ello, a tenor de la  magnitud de las obras del Acueducto, los correspondientes modificados, retrasos, imprevistos, etc.., es más que probable que estuvieran a la orden del día, y que tanto las cifras sufragadas por Roma y Segovia, fueran de unos 190 millones de sestercios equivalentes 304 millones €, ascendiendo todo ello a la cantidad final  200 millones de sestercios equivalentes de 320 millones €.

Considerando a tenor de lo manifestado por Vitruvio y Tito Livio respecto a la existencia de modificados en aquella época, no resulta difícil aventurar que el grandioso Acueducto pudiera haberse iniciado con el presupuesto indicado,  alcanzando anteriormente citada, contando únicamente con la manutención de la  mano de obra esclava.

La web meridaromana.com nos da una visión aproximada de la equivalencia entre 1 sestercio y 1 euro: un sestercio equivaldría a 1,6 euros.

Aunque es muy difícil llegar a cifras concluyentes y exactas, pero teniendo en cuenta el Edicto del emperador Diocleciano del año 301 de precios máximos, podría resultar razonable estimar que el Acueducto de Segovia se inició con un presupuesto de unos 40 millones de euros, pero que se finalizó a un coste aproximado de 320 millones de euros (un 800% más).

Jesús Antonio Rodríguez Morilla

Doctor en Derecho

VER TAMBIÉN: Artículo publicado “Construir el Acueducto pudo costar 320 millones de Euros” – El Norte de Castilla

VER TAMBIÉN (a continuación): Artículo publicado en el Programa de Arqueología de TVE 2 – Arqueomanía

ROMA EX MACHINA
ACUEDUCTO DE SEGOVIA

Hoy quiero tener un recuerdo especial para mi amigo José Carlos Bejarano, ingeniero de caminos, hijo de Don José Bejarano, ingeniero agrónomo. Cuando podemos, pasamos muchas horas hablando de ingeniería romana. Él, cómo buen profesional, lo ve todo desde los números, desde la pura matemática, y se asombra de que aquellos romanos fueran capaces de desarrollar tan complicados y avanzados algoritmos y de entrever en el espacio lo que sólo ellos veían. Lo demás es una aplicación, dice mi querido Pepe Carlos. También dice que los romanos ya sabían casi todas las soluciones y que eran grandes conocedores del comportamiento de los materiales, de su estrés.

El otro día Juan Luis Arsuaga le contaba a Manuel Pimentel la anécdota de Miguel Ángel y la Piedad: “estaba ahí, sólo había que sacarla”. Anécdota pintiparada para explicar la previsión mental de los viejos heidelbergensis a la hora de tallar Excalibur – que era la intención de paleontropólogo – o de diseñar un acueducto o el sistema de extracción de oro de las Médulas, que es el mío. Hay personas que poseen esa visión y otras que tienen la capacidad de llevarla a las matemáticas. Después vienen los constructores y siguen las pautas.

Desconozco si alguien ha publicado alguna vez un tratado sobre las matemáticas durante el milenio de Roma. Supongo que sí, es un tema obvio, pero confieso mi desconocimiento al respecto. Los ingenieros romanos eran grandes matemáticos, su capacidad de crear geometrías, de calcular cargas y de cuadrar presupuestos era ingente. La escuela de Ostia fue una verdadera cantera.

He leído por ahí que los arquitectos que trabajaban en Éfeso tenían que avalar las obras con su patrimonio. Si sobrepasaban el coste en un 25% el estado ejecutaba la garantía. En cambio, si los reducían, eran premiados. Como se ve, el Estado – que en si mismo quizás sea un organismo predeterminado por la sociedad humana – siempre ha querido controlar a sus ciudadanos y contratistas. Ahora vivimos en la ERA DEL CONTROL pero la cosa viene de lejos, por lo que se ve.

DETALLE DEL INTRADÓS DE UN ARCO DEL ACUEDUCTO DE SEGOVIATambién he leído que un investigador, el señor Jesús Antonio Rodríguez Morilla, que es doctor en Derecho, ha cifrado el costo de la construcción del Acueducto de Segovia en 320 millones de euros, unos 200 millones de sestercios. No sé si los cálculos serán exactos, pero si son lo suficientemente representativos para ver la magnitud de la obra pública en tiempos de Nerón o Trajano. También lo es que según este investigador el presupuesto del acueducto se disparó un 800%. Nihil novum sub sole. Si se hubiera aplicado la Ley de Éfeso, ¿qué habría sido del arquitecto?

Por cierto, tomando como valor de cambio los datos del doctor Rodríguez, tengo que decir que la amnistía fiscal que hizo Adriano al llegar al trono fue de 1440 millones de euros, unos 900 millones de sestercios. Claro que los que más debían, se beneficiaron más, no fue una amnistía porcentual. Los ricos serían muy felices y los pobres pudieron comer perdices, al menos durante unos días. Alguno acusará a Adriano de neoliberal, claro que lo han acusado de peores cosas.

Traigo a Adriano a la palestra porque fue el promotor – y probable codiseñador – de la que dicen es la obra arquitectónica más perfecta que existe: el Panteón. A mí, desde luego, me lo parece, Esa esfera celestial, esa apertura cenital por donde se esparce – lenta y cadenciosa – la lluvia, ese cosmos adrianeo, en definitiva, subyuga, emociona, silencia, despierta, arroja, empequeñece y hace soñar. Adriano tuvo y un plan y lo llevó a cabo. Y eso es puramente romano. Roma es impulsada por su ingenieros y sus arquitectos, los militares y los civiles. Roma es un sueño que se materializa gracias a la trigonometría. Ya sabemos que Einstein dijo que la fuerza de la voluntad era la mayor energía del Universo. Roma tuvo voluntad, poseyó determinación. Esa es su machina.

Cuando Roma construía nuevas ciudades iba borrando la memoria de los conquistados. Les impuso un canon, un know how, que se dice ahora. Pero no se frenó ahí, también cambió su paisaje. ¿Recuerdan la película Tras el corazón verde? Probablemente los astures, indiquetes, galos, carpetovetones o britanos debieron sentirse como aquella tribu del Amazonas bajo la amenaza de enormes máquinas.

Roma empezó a cambiar el planeta con un programa de ingeniería. No debemos olvidarlo.

M.N.


ENGLISH VERSION

The Aqueduct in Segovia was, already in Roman times, the first modified work in the History of Spain

From an initial cost estimated at 40 million euros, the final cost was about 320 million euros.
The Aqueduct in Segovia became almost certainly in  Roman times the first case of a modified public work in the history of Spain and cost eight times its initial budget, according to an analysis done by Jesus Antonio Rodríguez Morilla, Doctor of Law (Cum Laude) a expert recognized in the field, author of the study,  the first in our country, “The Modified Works in Government Procurement”.
Public works in Roman society reflected a demand in their development, and backing this up were great technicians and planners who achieved an important advance that was not seen here until the eighteenth century.
Authors like Tito Livio and Vitruvio illustrate that in those times the modification of building works was common.
The latter tells us about a curious Law prevailing in Ephesus, the great and celebrated city of Greece. The rule, hard but not unjust, forced the architect to fix the cost  which the work could cost. Once accepted by the city, all his goods were mortgaged before a magistrate.
Once the work was finished, if the price was within that stipulated initially, the architect was awarded honoraries, but if exceeded the budget by more than 25%, this excess was paid out of his previously mortgaged assets.
Probably people of our time would think that the immortal gods might have allowed this law to have been carried on into later civilizations, since all future costs of the works would have been calculated more carefully.
It is not known whether this law had or could not be applied in the “imperial” Segovia when the great work of its famous aqueduct began.
Based on the work of the  prestigious archaeologist Santiago Martínez and on the conference he delivered in November 2015, (see www.eladelantado.com), after 200 years of Romanization in the time of Emperor Trajan (2nd century), work began approximately between the Years 112 and 116 of our era.
There was a public tender in which architects and other specialists intervened, and they proposed that the Aqueduct of Segovia would cost between two and ten million Roman sesterces. Probably these figures came initially from the local coffers, but would certainly increase throughout the construction, by possible deficiencies and changes in the initial project. In addition, and as was also customary, Imperial Rome financed part of the works that were constructed in conquered territories.
Therefore, due to the magnitude of the works of the Aqueduct, the corresponding amendments, delays, unforeseen events, etc. were more than likely to be added to the agenda, and both the figures provided by Rome and Segovia were of about 190 million sesterces equivalent to € 304 million, all of which amounts to a final figure of 200 million sesterces or € 320 million.
Considering what Vitruvio and Livy said about the existence of modifications at that time, it is not difficult to believe that the great Aqueduct could have started with the initial budget, reaching that which was previously mentioned, with only the maintenance of of Slave labour to be added.
The website meridaromana.com gives us an approximate view of the equivalence between 1 sestercio and 1 euro: a sestercio would equal 1.6 euros.
Although it is very difficult to arrive at a conclusion in exact figures, but considering the Edict of the Emperor Diocletian of the year 301 on maximum prices, it could be reasonable to estimate that the Aqueduct of Segovia began with a budget of about 40 million euros, but that in the end the approximate cost was 320 million euros (800% more).

Jesús Antonio Rodríguez Morilla

Doctor en Derecho

El Acueducto de Segovia Artículo suplemento Diario de Ferrol - ♦El Acueducto de Segovia, ya en época romana, el primer modificado de obra de la historia de España.