Demasiadas circunstancias especiales han sido las que han rodeado a este País desde enero de 2020, facultando un vuelco electoral reciente con nuevos y próximos “respingos” hasta llegar al afamado 23 J. fecha, en la que quedará entonces rasgado y descubierto el mosaico de deseos de los españoles.
Muy intensos y largos, respetado lector, están resultando estos últimos tiempos, mediante esta dupla de Elecciones con brusca e inesperada irrupción de una Convocatoria, sin saber a ciencia cierta si su adelanto beneficia o no al convocante.
Ya les comentábamos en anteriores Columnas que los datos que iban llegando a Ferraz y Moncloa durante los últimos meses, no eran precisamente halagüeños, obteniéndose de los mismos algunas deducciones y conclusiones, cuyas consecuencias quedaron acreditadas mediante las Elecciones Municipales y Autonómicas.
La inesperada Convocatoria, en opinión de este Columnista, sólo ha servido para que el PSOE y su nueva aliada SUMA puedan “recomponer filas” desde los iniciales arrumacos políticos entre ambos, procurando salvar los restos de un más que probable naufragio electoral pudiera acontecer.
Podría haber optado el presidente, como les adelantamos, haber esperado hasta diciembre del presente año, pero prefirió “quemar las naves”, y son Uds. principales testigos dentro del reino de la confusión y el aturdimiento político surgido, típico de elecciones provocadas.
Ahora, cabe la pregunta ¿Qué se pretende desesperadamente cara al próximo 23/7. ¿Movilizar lo inamovible apenas hace tres meses?
¿Una Armada Invencible de la Izquierda, que pueda superar la actual y conocida diferencia de votos cifrados en más de 760.000 votos cifrados en las anteriores Elecciones, dando lugar a otra posible “amalgama” gubernamental?
Puede que haya calado en esta ocasión el efecto “movilización” promovido por Dª Yolanda pretendiendo atraer con su peculiar comportamiento los habituales “votos durmientes”. Otros sin embargo creerán en otro tipo de estrategia o “tejemaneje” ideado por el nuevo “tándem”. ¿?
No pretendo repetir a fin de no aburrirles, pero este Medio, meses atrás, ya aventuraba en sus Columnas, la dichosa Mercadotecnia Política, por si cupiera reflexionar sobre la solicitud de voto por correo, habitual durmiente, el cual se ha visto ampliamente requerido y previsiblemente exhaustiva su utilización hasta fin de plazo.
Parece ser que algunos Partidos confían en que el voto por correo en época vacacional constituya el segundo elemento vertebrador después del presencial para obtener la presidencia de España.
Inicialmente, las páginas de RTVE (02 y 06.2023) cifraban en 300.000 las previas solicitudes de voto por correo.
Cálculos posteriores señalaban en dicha página otros supuestos relativos a superar los 2 Mill. de solicitudes.
Según EL CORREO.COM de fecha 26/6, citando fuentes sindicales de la Entidad, receptora, las actuales solicitudes doblan las realizadas hace cuatro años.
Es decir, si el voto por correo en 2019 ascendió a 1.2 millones de votantes (algo inferior al 3%), y las actuales doblan dichas cifras según dicho Medio, y nos encontraríamos ante unas cifras de solicitudes que superarían los 2.4. millones de solicitudes a un mes vista (6%)
Por otra parte, en el último párrafo de mi reciente Columna, deslizaba alguna pista respecto a la posibilidad de alcanzar hasta un (9%) de los mismos.
Este su servidor, se ha personado en distintas ocasiones en varias Oficinas de Correos de su circunscripción a fin de observar el ambiente entre los inquirentes que precisan el voto por correo, observando cierta fluidez en la ventanilla habilitada al efecto producida por la experiencia de la funcionaria que se conoce su trabajo.
Por las conclusiones de los parroquianos en voz alta en las filas, se referían a una supuesta intencionalidad de mermar posibles votos presenciales aprovechando la época estival, además de recordar otras situaciones.
Finalizando, y observando el comportamiento diario de los Partidos Políticos ante el electorado, se me acentúa la falta de fe en los mismos, observando bajo un aparente “interés general” del que todos alardean, (nuevos y antiguos en estas Elecciones), lo habitualmente conocido en política, de que lo prometido en campaña, la regla es no cumplirlo, pues ya saldrán justificaciones para ello.
Continuaremos atentos al devenir de los acontecimientos partidistas tal y como si de un libro mediocre se tratara.
Jesús Antonio Rodríguez Morilla
Doctor en Derecho
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